No es la falta de terror la que nos acompaña en esta caminata, es la certeza de no ceder ante él, de no regalarle sumisión ni fiesta. No nos une el terror, sino la potencia del hartazgo. Hartas de una sociedad de policías sin placas. De tanta bala al bala. De tanto medirse las pistolas. De tanto espionaje mediático. Andamos asqueadas de tanto oficio de botón. De tanto patova de molinete. No estamos hechas para estar mansas. Estamos vivas, tejiendo cosas, no seremos esclavas de sus impuestos al movimiento. De su masacre habitacional e inmobiliaria. ¡Saltemos molinetes! No estamos dispuestas a seguir implosionando dentro de nuestras vidas, no estamos dispuestas a entregarle nuestrxs amores y ocio. Seguimos esquivando horrores con las heridas de la dictadura. Cada evitar un golpe nuevo abre más nuestros tajos. Estamos hirviendo mientras regalan tibieza en la otra esquina. Somos una parranda manchando la geografía latinoamericana porque todo al sur está jodido, sobreviviremos a este tiempo porque somos cucarachas de treinta mil tetas presentes ahora y siempre, sobreviviremos y no dejaremos de pensar la democracia mientras vivamos. No estamos dispuestas a someternos al terror del binomio y la dicotomía. A la falacia de la democracia heterosexual. Volveremos a pensarla porque no es esta la democracia que queremos, ni merecemos, ni por la que luchamos. Somos una puja por la auto gobernabilidad de los cuerpos. No estamos dispuestas a someternos al terror del neoliberalismo Macrista ni al de Bolsonaro, al terror de los patrones, de los curas cómplices, de los machotes diarios. Será con nuestro agite como machete, será con nuestro taco en mano, siempre sin la yuta. Los calabozos los llenaremos con genocidas y al Congreso lo vaciaremos de caretas. No estamos dispuestas a su terror sanitario, a trabajar para la gorra. A la gorra nunca. A la gorra nada. No estamos dispuestas al terror de ser prisioneras entre fronteras. No tenemos límites, nuestra putez y mariconería viaja a mil millones de años luz de la cabeza conserva de quienes nos representan en este negocio en quiebra. Nosotras no estamos desconstruyendo nada, estamos viendo qué hacer con las ruinas. Miren lo que han hecho. Ahora somos hijas del desastre. No estamos dispuestas a la cipayeada con la que se nos pretende controlar. Estamos sí dispuestas a vencer el terror complejizando, a bailar para que no nos maten de tristeza, a besarnos con la pasión de mil yeguas trotando en el campo, a quemar todo si es necesario porque hay terror ahora. Hay terror ahora porque el silencio persiste. Porque las urnas se llenan de cenizas y se candidatea cualquier hijo de empresario. Porque los números de víctimas del terror de Estado se ponen en jaque y siguen subiendo. Porque entre muertxs hay clase. Porque son quienes administran los que compraron a la Argentina a costa de la sangre de treinta mil compañerxs. Porque nuestros cuerpos resisten, persisten e insisten en ser historia, en hacerla, en contarse, en seguir vivas frente al piedrazo en la jeta que nos da el fascismo y sus apellidos de siempre, sus amigos de siempre, sus fórmulas económicas de la necropolítica del marketing neuronal. Hay terror ahora y por eso andamos juntas. Pero que no se confundan ni por un ratito. No nos une el terror, sino la potencia del hartazgo
Instagram: @comparsadrag
Comments